martes, 5 de enero de 2010

Querida Caja;

Querida Caja;
Hace tiempo que no sé nada de ti. No me escribes. No me mandas los extractos de ingresos como antes. Sé que ya no tengo nómina. Pero ahora sólo recibo números rojos y ya no me regalas vajillas y cobertores. ¿Te pasa algo? Voy a tu oficina y no me quieres atender. Te escondes y me embarga la tristeza y un confidente de la oficina central me ha chivado que también el piso. Me han dicho que coqueteas con alguien. Que quieres ser duro pero que te gana la con-fusión. Hazme caso. Cuando estuve de buen ver, no me dejabas ni un minuto. Ahora que no tengo para la hipoteca me mandas intereses y me echas para atrás los pagarés. ¿Qué te he hecho? ¿Son las comisiones? ¿No te pagan las constructoras? Háblame por favor, y coge el teléfono al menos, para decirme que me concedes un beso o un plan de pensiones, una acaricia o simplemente caramelos rancios de vuestra entidad.
Espero verte pronto, quizás no me reconozcas, porque las medias en la cabeza suele desfigurar mis rasgos… no te asustes, el arma es de fogueo…la intención es lo que cuenta…
Atentamente tu amante de ahorros.

1 comentario: