lunes, 14 de junio de 2010

Pelotas de fútbol en cueros


La cosa va de pelotas, de cueritos rellenados de vejiga con forma de jirones de papel y cubierta de papel de aluminio. La cosa está en ver si la pelotita toca las mallas de la portería, que es en definitiva el fin único del fútbol. La cosa es ver como el portero, cancerbero, arquero, 10 +1, el que no sabe jugar, el que llega el último a la pachanga, al que le falta un tornillo del grupo o el guardameta coge el balón desde más allá de la línea blanca de gol, dentro del confín del silbido irritante del arbitro que indica el centro del campo de juego. Y es que para que los virtuosos de este deporte hagan maravillas no se necesitan estadios de césped recién cortado, ni gradas de nácar, ni botas de de poliuretano para practicar el balompié. Y como bien narra la novela de Hernán Rivera Letelier, su fantasista jugaba con botines dos números más pequeños, en campos salineros de Chile y media hernia fuera, y desengaños amorosos a parte, conseguía levantar media afición del equipo rival en su contra.

Ahora el balón dicen se parece más a una bola de nivea que a un balón de fútbol. Y es que creo que ciertos jugadores de relumbrón internacional necesitan una dosis de cura posparto, y es que creo que razón nos les falta, y es que quiero que echen un vistazo a la nostalgia del fútbol y rescaten los momentos más bellos de este deporte. Aparecen balones en blanco y negro, con franjas de cuero marrón, con cascos negros poligonales, con nombres Aztecas, con perfiles Etruscos, con soniquetes de Tango, jabulanis, perfectamente impermeables, termosoldados e infinidad de nuevas tecnologías aplicadas a una cosa redonda, rellenada de aire, que en todos los rincones del planetas del mundo tienen el mismo nombre, el mismo valor una vez que pasa los dos palos y un travesaño.

2 comentarios:

  1. bonita oda Willy! Me gusta!

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  2. GRANDE LITO GRANDE.

    Aun asi le doy la razon a los porteros, que este balon y anteriores se mueven en el aire horrores, pero ese estado de estress cuando lo vemos venir meneandose y sin saber bien para donde tirarnos, solo lo sabemos los porteros, que somos los que quedamos como canelos auntenticos.

    abrazos will

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