miércoles, 26 de enero de 2011

DESTRA O SINISTRA



Film "Il divo" de Paolo Sorrentino. Vida de Giulio Andreotti, paradigma de la política italiana.
El novelista André Filberteau, cada vez que finalizaba una de sus obras, comentaba a su editor, tras duras disputas en el café Bronté de París, que sus historias eran pura absenta. Mucho alcohol para poder imaginarse las historias y mucho de inflamable para poder dar fuego a la mierda de novela que había escrito. Su editor cada fin de mes, le siguió regalando una botella de esta bebida. André murió quemado. Por dentro, destilado en su propia inventiva, y por fuera, un cigarro mal apagado con algo de esencia de trementina. Ese es el principal riesgo que corren los cuentacuentos inventados: creerse escritores. Por desgracia los políticos tienen la misma querencia. Salvo que ellos queman al resto de los mundanos con diatribas en forma de embriagador cuento. Aquí en Extremadura, la cosa escuece. Existen alcaldes, concejales, opositores pusilánimes y protagonistas del entertainment político que sí entran en las casas para pedir el voto durante todas las estaciones del año, hay profesionales que quieren conocer los problemas del día a día de los ciudadanos e incluso están los que llegan a perder la vida en alguna asamblea electoral o perder las elecciones en una asamblea de infundados relatos demagogos. Giorgio Gaber, decía en una de sus canciones, que darse un baño, fumar Marlboro y encontrarse el water siempre al fondo es cosa de derechas y que darse una ducha, fumar de contrabando y echar una meada en compañía es de izquierdas. Sinceramente institucionalizar cada acto en época de vacas flacas debería ser de todos, ser sincero con nuestra ideología, votar y aunque nos duela la moral, confiar en la democracia de los demás.
La historia de Filberteau es mucho más larga, quizás entre el pequeño resumen se me haya olvidado decir que su editor no sabía leer francés y que sólo le importan los números de páginas que André escribía. Quizás se me ha pasado comentar que André nunca escribió nada, que tenía un equipo de traductores de literatura sufí y taoísta que pasaban a limpio y al mundo occidental, los cuentos chinos. Algunos de esos cuentos, desgraciadamente, han llegado a modo de panfleto en los programas electorales de los que, por afiliación, van al baño o mean en compañía. Willy López



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