miércoles, 22 de julio de 2009

CHURRERÍA A DOMICILIO


Levantarte un domingo por la mañana, elegir entre el soniquete de las motos gp, los gemidos de un tipo intentando sobrevivir en medio del zoo de Barcelona o dejarte llevar por las hiponóticas reacciones del Uri Geller perruno. Boca argamasa y ecos de cerveza. Ojo gacho y labio leporino por el efecto de las sábanas potreadas. Buenos días, good morning, buongiorno bella, muak y suena el timbre de la puerta y el humo de todos los bares de anoche de sopetón en la cara del repartidor. Una docena de churros y mereció la pena llorar chocolate.

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