viernes, 6 de noviembre de 2009

Fiales y fiascos




Esta semana he hecho de vigía por el recinto de Feval. Me he acercado a Fial, la feria alimentaria extremeña con menos pasta del mundo. No hablo de un plato de pasto italiana, me refiero a la pasta que manejamos para pagar nuestros vicios. Y de esto último, los vicios, pecamos como cualquier ciudadano que se precie.

Vicio nº1. Realizar encuentros con importadores de todo el mundo intentando vender el elixir de la eterna juventud.
Vicio nº2. No saber encontrar el intermedio entre una feria profesional y una feria más cercana al consumidor final. El que al fin de cuentas paga el producto.
Vicio nº 3. Ver el recinto ferial medio lleno o medio vacío. Es decir ver con ilusión el coraje de los empresarios del sector o ver como utilizamos tres cuarto del mapa extremeño como papel de traza para envolver deudas.

Y hablando de deudas y ya en otro horizonte, hace poquito se ha celebrado el día mundial del ahorro. Y el primer análisis que ha realizado el Observatorio de la Financiación Familiar de la Agencia Negociadora de Productos Bancarios nos delata que se ha producido un fuerte endurecimiento de las condiciones hipotecarias y un alargamiento de los nombres de los informes financieros.

Estrategias para cansarnos en la lectura y no leer del informe que los diferenciales de tipos de interés se han duplicado en lo que va de año.
Aún así, esta onomástica ahorrativa nos deja un dato, la tasa de ahorro de los hogares españoles se sitúa en el 17,5% de su renta disponible. Y un contenido, la subida de este ahorro responde al posible temor de perder un empleo. Y como no, un continente, África, que carece de la palabra ahorro en su vocabulario económico. Deuda y ahorro, paradójicamente, se encuentran como si de un estrecho se tratase.

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